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Lo que sucede cuando no tratas tu diabetes adecuadamente

23 October 2025 Read time: 12min

¿Te atreves a ignorar a tu diabetes? La realidad poco contada de lo que sucede cuando NO tomas el control

¿Has leído sobre personas que “conviven” con su diabetes como si no estuviera ahí? ¿Chistes sobre “un poquito de azúcar no hace daño”? Lo que te voy a revelar aquí no solo puede cambiar cómo ves tu enfermedad, sino verdaderamente darte una razón para luchar cada mañana contra la indiferencia hacia tu diabetes. Y recuerda: ignorar la diabetes no te hace inmune, sino vulnerable. El costo de NO tratar tu diabetes adecuadamente va mucho más allá de los niveles de glucosa. Si eres diabético tipo 1 o tipo 2, si tienes prediabetes, o si simplemente amas a alguien que sí, este artículo tienes que leerlo hasta el final y compartirlo, porque aún entre profesionales se subestima el daño real y multifactorial de la hiperglucemia crónica.

Hiperglucemia sostenida: El enemigo silencioso que “cocina” tus órganos desde adentro

Vivir con glucosas crónicamente elevadas, aún discretamente, provoca un fenómeno llamado “glucotoxicidad”. Estudios clásicos y modernos han puesto números alarmantes sobre la mesa: arriba de 185 mg/dl de glucosa postprandial se disparan procesos deletéreos que afectan cada célula vascular del cuerpo humano [DCCT/EDIC, 2003; UKPDS, 1998][1,2]. Los vasos sanguíneos, hasta los microscópicos (capilares), sufren un daño estructural denominado glucación de proteínas, lo que desencadena inflamación endotelial, disfunción microvascular y, a mediano plazo, fibrosis y muerte celular.

Olvida el fatalismo, aquí NO solo estoy hablando de amputaciones

El daño renal (nefropatía diabética), la ceguera (retinopatía diabética), los infartos y los accidentes cerebrovasculares son famosos, sí. Pero la lista negra, documentada rigurosamente, es más extensa y alarmante:

  • Deterioro cognitivo acelerado: El Alzheimer ya ha sido bautizado como “diabetes tipo 3” por su estrecha relación con glucotóxicos persistentes. De acuerdo a la revista Neurology (2018), los diabéticos NO controlados tienen hasta 2.4 veces más riesgo de deterioro cognitivo leve y demencia vascular en la próxima década [3].
  • Fragilidad ósea: Un metaanálisis elaborado en China (Zhao et al., 2021) documenta que las fracturas en diabéticos aumentan hasta 68% frente a personas sanas, derivado del daño microvascular en el hueso [4].
  • Disfunción sexual: Un dato poco transmitido en consulta: la diabetes mal controlada es causa número uno de disfunción eréctil antes de los 50 años. La prevalencia de trastornos sexuales en mujeres con diabetes también supera el 55% [5,6].
  • Daño neurológico progresivo: Neuropatía periférica, dolor crónico, pérdida de sensibilidad, y las úlceras infecciosas que pueden orillar a amputaciones aún en personas jóvenes con apenas 7 años de diabetes [7].

El tiempo es enemigo: “Legacy effect” y cicatrices metabólicas

No basta con corregir los niveles de glucosa eventualmente o confiar en “me siento bien”, porque existe el concepto de memoria metabólica o “legacy effect”. Este fenómeno indica que un mal control glucémico en los primeros años deja una huella irreparable: aunque la glucosa se estabilice después, se ha observado que el riesgo de complicaciones macrovasculares (infarto) y microvasculares (ceguera, insuficiencia renal terminal) sigue siendo alto [UKPDS, 2008][2]. ¿Por qué? Porque el organismo guarda “cicatrices moleculares” que perpetúan el daño. Esto no es alarmismo, es bioquímica pura.

¿Y si el problema va más allá de la glucosa?

La diabetes no es un diptongo glucosa-insulina; implica inflamación crónica, deficiencias nutricionales, alteraciones inmunológicas. Por ejemplo, ¿sabías que hasta 85% de los diabéticos tienen déficit de vitamina D, y esto los predispone a infecciones recurrentes y peores complicaciones vasculares? [8,9]. Asimismo, la hiperglucemia reduce las concentraciones séricas de zinc y magnesio—elementos esenciales para la funcionalidad insulínica, regeneración tisular y defensa antioxidante [10].

La tragedia de la negación: cifras demoledoras y testimonios

En México, según la ENSANUT 2022, 7 de cada 10 personas con diagnóstico diabético NO alcanzan metas de control (<7% HbA1c) [11]. Cada hora, 5 mexicanos pierden la visión, y 2 desarrollan insuficiencia renal terminal solo por diabetes. El costo emocional y social es brutal: desempleo, depresión, soledad. “Un pie diabético no tratado pronto se transforma en una pierna amputada; un infarto silente se lleva sueños enteros en minutos”, advierte el Dr. Carlos A. Aguilar, endocrinólogo mexicano.

Mitos y rutinas destructivas que te alejan de la esperanza

  • “Mientras no me duela nada, todo está bien.” ¡Error! Ya cuando hay síntomas de daño, los procesos son muchas veces irreversibles.
  • “Con medicina herbolaria lo controlo.” Sin supervisión rigurosa, la evidencia es muy limitada y hasta peligrosa por interacciones [12].
  • “Ya me resigné, mi abuelita vivió igual.” La genética influye, pero el ambiente y los hábitos deciden el desenlace.
  • “Los suplementos no sirven.” Falso. La suplementación dirigida con vitamina D3, omega 3, ácido alfa-lipoico y magnesio, demostrado en decenas de ensayos clínicos, mejora la sensibilidad a la insulina, reduce marcadores inflamatorios y ayuda a controlar el estrés oxidativo, fundamental para retrasar complicaciones [13–15].

El papel del equipo multidisciplinario… y tu lugar protagónico

Abandonar el autocuidado o delegar todo al médico representa una renuncia peligrosa. La diabetes nunca descansa. El seguimiento debe ser conjunto: endocrinólogo, nutricionista clínico, psicólogo, actividad física estructurada y un sistema de automonitoreo glucémico. La actualización terapéutica es clave: existen nuevos análogos de insulina, inhibidores SGLT2 y GLP-1 muy potentes para prevenir complicaciones, incluso con beneficios cardíacos y renales comprobados [16,17].

Pero igual de fundamental: suplementar déficits, asegurar micronutrientes y antioxidantes, y controlar los factores de riesgo asociados—colesterol, hipertensión, sobrepeso—en conjunto aportan años de vida, SEGURO.

Únete a una comunidad que SÍ toma en serio su salud

Si llegaste hasta aquí, te invito a nunca subestimar lo que significa vivir bien con diabetes. Complementa tu tratamiento y revisa las opciones de vitaminas, minerales específicos para diabetes y nuevos suplementos clínicamente avalados en Nutra777, donde seleccioné personalmente formulaciones de calidad internacional. No existe salud óptima sin micronutrientes y antioxidantes adecuados. Contáctame para guiar tu plan de suplementación o visita la Tienda Nutra777 con una sección EXCLUSIVA para diabetes: nutra777.com/mx/diabetes.

Lo que está en juego: vivir con dignidad, y no solo sobrevivir

No actúes por miedo, sino por la certeza de que cada acción—un examen, una caminata, una ración mejor diseñada, una suplementación bien elegida—es un ladrillo hacia la prevención de infartos, la preservación de la vista, la integridad de tus pies, el goce del placer sexual y una mente lúcida para abrazar a tus seres queridos en plena conciencia. Date esa oportunidad—y compártela.

Lejos están los tiempos donde la diabetes era sentencia de muerte: ahora, el abandono sí lo es. Hazle frente, comparte esta información y únete a los que SÍ luchamos por el bienestar genuino, sin medias tintas, sin resignación.

—Dr. Pedásquez

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Referencias:

[1] The DCCT Research Group. N Engl J Med 1993;329:977.
[2] UKPDS. Lancet 1998;352:837.
[3] Rawlings, AM. et al. Neurology. 2018;90(7):e586-e593.
[4] Zhao, Y. et al. J Bone Miner Res. 2021;36(9):1799-1812.
[5] Saenz de Tejada, I. et al. Diabetes Care. 2005;28:1638.
[6] Erol, B. et al. Int J Impot Res. 2002;14:193.
[7] Tesfaye, S. et al. N Engl J Med. 2011;374:2293.
[8] Devaraj, S. et al. Curr Diab Rep 2011;11:18.
[9] Pittas, AG. et al. Diabetes Care. 2012;35:1230.
[10] Song, Y. et al. Diabetes Care. 2004;27:59.
[11] ENSANUT 2022, INEGI
[12] American Diabetes Association. Diabetes Care. 2023;46(Suppl. 1):S1-S154.
[13] Melton, L. et al. Diab Obes Metabo 2012;14:301.
[14] Nolan, JJ. et al. Diabetologia. 2017;60:1194.
[15] Evans, JL. et al. Free Radic Biol Med. 2002;32:967.
[16] Zinman, B. NEJM. 2015;373:2117.
[17] Marso, SP. NEJM. 2016;375:311.


No olvides consultar fuentes y preguntar siempre a un profesional de salud.


Dr. Pedasquez
Endocrinólogo, Doctor en Ciencias Médicas.
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